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Geschichte

FINCA LOS JUNCALES, SINONIMO DE TRADICION

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La yeguada Fernández-Daza mantiene su residencia desde principios del siglo XX en “Los Juncales” cerca de Almendralejo (Badajoz) y es indudablemente una finca de referencia en Extremadura para el caballo español.

 

Aunque el hierro mantiene su esencia sobre el corazón, se ha producido una transición, dejando atrás el círculo y pasando a un corazón orlado por un rombo. Así, se mantiene la esencia de nuestros orígenes, que se remontan a los siglos XVII y XVIII, como se reseña en el libro “El Caballo Español” de Carlos Orellana Chacón (Barcelona 1956), y al tiempo se refresca nuestra imagen como se está haciendo con la sangre cartujana de nuestros sementales.

 

En la actualidad la gestión recae sobre D. José María Fernández-Daza de Alvear, vocal de AECCPRE, la asociación más relevante del caballo español en Extremadura, y ¿socio de ANCCE?.

 

 

FERNANDEZ DAZA, ESENCIA CARTUJANA PARA TODOS LOS PÚBLICOS

 

Manteniendo lo mejor de la línea histórica, en casa siempre transmitimos nobleza y homogeneidad:

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  • Pura estipe cartujana: manteniendo la línea campeona de Fernández-Daza, en los últimos años se ha refrescado la sangre, entre otros, con sementales de la Yeguada La Cartuja, como Argentino XXX y Revoltoso XXX. Criamos la línea más pura de la estirpe.

  • Belleza: tan extraordinaria en el caballo español como en la morfología histórica de Fernandez-Daza, nuestros sementales y yeguas tienen unas características únicas con una morfología armónica, proporcionada y siempre acorde a los valores de ANCCE.

  • Cría en libertad: sin duda una influencia diferencial que se proyecta en el carácter dócil, alegre y cercano desde los potros más jóvenes a los sementales más mayores.

  • Funcionalidad: su nobleza, con ese carácter único, y la armonía de sus movimientos hacen que nuestra cría sea extraordinaria en el campo, la doma, o el paseo.

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HERENCIA de D. FRANCISCO FERNANDEZ-DAZA

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Efectivamente en 1950 Francisco Fernández-Daza y F. de Córdova refrescó la sangre de la ganadería, adquiriendo de la Yeguada Militar de Córdoba varios ejemplares que procedían de lo que había vendido a ésta, D. Francisco de la Chica Navarro, dentro de lo más puro de la línea cartujana.

 

​Destacaron las notables yeguas Kanaima y Karabujea, cuyos descendientes aún hoy son una referencia en la yeguada. En ese mismo año, el regalo personal del potro Conductor fue otro de los pilares incorporados por Francisco Fernández-Daza a esta línea de la yeguada, con la clara filosofía de la búsqueda de la belleza y nobleza, características esenciales en los caballos de Pura Raza Española.

 

​Los sementales han sido de origen directísimo de la Cartuja de Jerez, todos con ascendencia paterna y materna de la mencionada ganadería del bocado.

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En los años 2000 la ganadería llegó a lo más alto alzándose con incontables reconocimientos nacionales, entre otros de Najerana “XX”, ¿campeona de la raza?

 

En aquellos años, D. Francisco. sería juez en diferentes concursos nacionales e internacionales.

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Esa pasión y aportación al desarrollo del caballo español le llevaría a ser reconocido como socio honorífico de ANCCE. No es sorprendente oír a algún ganadero hoy comentarios de D. Francisco sobre la nobleza de la ganadería cuando decía “si una yegua mía te da una coz, te la regalo”.

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Su respeto y pasión por el caballo español se transmitió hasta tres generaciones, que hoy disfrutan de su legado, y de sus aficiones.

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Desde carreras de liebres, peregrinaciones a Santiago de Compostela (en cuatro años santos), o para trabajo de doma, sus ejemplares siempre tienen un carácter único 

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EL ORIGEN DEL CABALLO ESPAÑOL: LA ESTIRPE CARTUJANA

 

Si el origen de Fernandez – Daza se remonta a mediados del siglo XX, la línea cartujana es aún más larga y compleja, pero es imprescindible considerarla para comprender la historia del caballo español, en ocasiones confundido con el caballo andaluz.

 

Hay menciones sobre las bondades del caballo español de personas tan relevantes en la historia como Virgilio, en la antigüedad clásica, Calígula, el emperador romano, Ricardo Corazón de León, o Federico el Grande.

 

Sin embargo, los orígenes trazables de los caballos cartujanos datan de 1484, gracias a los monjes de la Cartuja de Jerez. Éstos, además de dedicarse a la vida religiosa, tenían como pasión criar caballos, que luego se utilizaban en transporte, trabajo o incluso para la guerra. Los monjes se dedicaron con gran esmero a mejorar la pureza de la raza, consiguiendo crear una de las razas más completas y reconocidas, de la que

Sin embargo, en el siglo XVIII, cuando las tropas napoleónicas invaden la península, arrasaron con todo incluyendo las caballerizas de los monjes cartujos, que se trasladaron a Cádiz para ponerse a salvo.

Lejos de perder lo raza que con tanto esmero habían creado en sus 300 años de tradición ganadera, los traspasaron al Présbitero Pedro José Zapata, con ayuda de su hermano Juan, de Arcos de la Frontera, manteniendo la posesión, pero no la propiedad. Para diferenciar los ejemplares que provenían de la Cartuja, los hermanos Zapata utilizaron un nuevo hierro con un bocado. Fue entonces, a partir de 1810, cuando la yeguada pasó a llamarse Yeguada de la Cartuja-Hierro del Bocado.

 

Después de los hermanos Zapata, para por diferentes familias entre los que destacan los María Romero, viuda de Zapata, y sus hijos los hermanos Dominguez. Será en 1933 cuando D. Bartolomé Dominguez traspasa a D. Francisco De la Chica Navarro la mitad de las yeguas de vientre, y quien entronca directamente con la estirpe que mantiene la Yeguada Militar y que hila con la Yeguada de Fernandez Daza arriba mencionada.

 

Sin duda, una historia compleja y larga que no hace más que dar valor a la belleza y nobleza de ANCCE.

 

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL

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Este pasado del caballo español, y de la línea cartujana de Fernandez Daza, pesa en su reconocimiento internacional, que valora la antigüedad, la nobleza de la raza, y su larga historia de cría y selección para conseguir la belleza, la elegancia y la funcionalidad que integra.

 

Así, no es de extrañar que hoy haya ejemplares criados en Los Juncales en innumerables países, de los más remotos como Tailandia o China, a otros mas cercanos como Italia o Alemania.

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